lunes, 5 de enero de 2009

Honestidad brutal

En el estudio en el que trabajaba allá lejos y hace tiempo, cuando recién empezaba, me tocó asistir a una audiencia en la que deseé que me trague la tierra. El caso era más que fácil: un accidente de tránsito, con culpa más que probada, por lo cual nuestra clienta estaba haciendo el juicio civil solamente como trámite para cobrar la indemnización. Laura, nuestra clienta, era más buena que Lassie. Su único problema era que tenía muchas deudas, muchísimas, deudas de poco dinero cada una pero que sumadas, daban un monto respetable. Le debía a parientes, amigos, al almacenero y largos etc. La habían chocado con el auto, la responsabilidad del otro conductor estaba clara, hacían falta un par de medidas de prueba que se hacen más por ritual que por otra cosa, pero ya estaba. ¿Ya estaba? Nuestra testigo estrella era Mecha. Mecha también era más buena que el pan. Era una "doña Rosa" de barrio, que había visto todo el accidente porque, como siempre, estaba espiando por la ventana para ver qué hacían sus vecinos. Solidaria, ella misma se ofreció como testigo, se interesó varias veces por saber la fecha de la audiencia, hacía lo imposible para ayudar a Laura. Había un pequeño detalle. Mecha era una de las personas a las que Laura les debía dinero. Ni mucho ni poco, pero bastante como para que dudemos de llamarla a declarar.
A todos los testigos se los interroga, previo a declarar, acerca de lo que se conoce como "las generales de la ley". Esto es, si es conocido, amigo, deudor o acreedor de alguna de las partes, y si tiene algún interés particular en el resultado del proceso. En la gran mayoría de los casos, los abogados entrenamos previamente a los testigos, por lo cual casi todos declaran. Los amigos íntimos pasan a ser "conocidos casuales" así como los primos con distinto apellido.
En conocimiento de que Mecha podía (no con mala intención, sino por un exceso de sinceridad) decir que era bastante amiga de Laura, previamente le leímos "las generales de la ley" y le aclaramos que debía decir que conocía a Laura del barrio, que no tenían ningún tipo de relación cercana.
El día de la audiencia, le recordamos los puntos. Estaba impaciente por declarar, se había puesto su mejor ropa y había ido a la peluquería (tema para otro post es cómo reacciona la gente ante citaciones judiciales. Entramos a la audiencia.
El secretario le toma su documento y sus datos personales.

SECRETARIO: ¿Es amiga íntima o tiene enemistad manifiesta con alguna de las partes?
MECHA: No, somos conocidas con Laura del barrio.

SECRETARIO: ¿Es deudor o acreedor de alguna de las partes?
MECHA: No (ahí debería haber sospechado, tal vez no conocía el significado de la palabra acreedor)

Ahí respiré aliviada. El resto de las preguntas, sobre parentezco, no presentaban peligro.

SECRETARIO: ¿Tiene algún interés en el resultado de la causa o simplemente que se haga justicia?
MECHA: Y sí, la verdad que me interesaría que el juicio salga favorable a Laurita, así le pagan y esa mujer, de una vez por todas, me termina de pagar toda la plata que me debe.

SECRETARIO: ¿Qué hacemos, doctora?
YO: Y bueno, la desisto...

Y así fue como Mecha fue en vano a la peluquería, y como yo en tres segundos perdí a mi testigo estrella. Laurita al final ganó el juicio, cobró (sin ayuda de Mecha)y pagó todas sus deudas. Yo empecé a cuestionarme seriamente que el trabajo de litigante no era para mí...

6 comentarios:

Flor dijo...

Mechaaa es un peligro!!!
Qué divina!

Nati Alabel dijo...

jajaja, te digo que es un diálogo para una miniserie de esas de abogados...
Socias te gusta? Yo al vi un par de veces y me pareció buena.

Gran Lady dijo...

Flor: Era divina, creo que la traicionó la codicia.

Natalia: En general no me gustan las series de abogados de acá, me parecen ficticias (tal vez porque no vivo -como los protagonistas- en Nordelta ni tengo semejante colección de carteras). Me gustan las extranjeras, como no sé como es el mundo del derecho en otros países, me engancha más esa ficción. Suerte con tu coso ;-)

Anónimo dijo...

AYYYY!!!!
Es para morirse!
Pero bueno, supongo que te sirvió para el futuro!
Qué h iciste después de eso?
Y mi gran duda: en la deuda, agregó los gastos de peluquería?

Gran Lady dijo...

Acacia;
Creo que no hay dinero en el mundo que alcance para pagar semejante cantidad de spray y matizador!!

Anónimo dijo...

Tuvo registro de lo que hizo? se habrá puesto nerviosa? se habrá querido morir despues!
que momento!!!!
saludos!
Ana